jueves, 3 de noviembre de 2011

El Olvido

Esta palabra es de color negro. No puedo evitarlo. Cada vez que pronuncio la palabra olvido todo se me vuelve negro, es como si un eclipse de luz o de la razón se me echara encima y no me dejara ver. Siempre la misma pregunta ¿qué es el olvido?. Puede ser ese hombre que vi desaparecer de la cubierta de mi barco después de un golpe de mar cruel y certero y cuya existencia se borró para siempre. Quizás la línea de espuma que se forma en la zona de mareas de la playa y que lentamente desaparece para no existir nunca más. O también esa niebla que hay dentro de ti y que enmascara lo que no quieres ver ni recordar para que no te haga daño.

Si piensas que el olvido es un buen compañero de travesía, estás en un error. Le encanta echar sal en las heridas y nos acuchilla por la espalda en la oscuridad de la noche. Está esperando que aparezca algo que traiga luz a nuestra vida para reírse mostrando sus dientes podridos al notar la cuchillada que nos devuelve otra vez el dolor que creíamos olvidado. Parece que el tiempo todo lo borra, pero no es más que un engaño para confiarnos y que la dentellada sea más fuerte y nos dure más tiempo. Se alimenta del dolor y crece cuanto más grande es el daño que causa, quiere ser un gigante y necesita tu dolor y el mío para que pueda progresar.

Pero no podemos dejarnos vencer por este cruel enemigo, hay que aprender a vivir con las cosas que nos duelen y apreciar las que nos hacer sentir. Nada ni nadie borrarán lo que está oculto en lo más profundo de nuestro espíritu pero podemos plantar cara al olvido con el presente. Merece la pena levantarse después de la caída, auque siempre exista el riesgo de volver a caer, por que un segundo de sentimiento en estado puro limpia un milenio de dolor, el roce de unos labios o el arabesco sutil de una caricia puede activar un corazón helado y lanzarnos a la maravillosa aventura de descubrir qué hay detrás de la palabra juntos.

No dejes que el olvido te domine, enfréntate a él con valentía. Le horrorizan las personas valientes y que estén dispuestas a arriesgarse a sentir. Es un cobarde que solamente sabe vivir de la soledad y del dolor de los que sufren. Tiene forma de ballena blanca y se abalanza sobre ti furiosamente con la boca abierta mostrando sus enormes dientes que huelen a muerte y destrucción. Pero esta vez en distinta. Estoy en la proa con mi arpón afilado y bautizado por mi propia sangre para que cuando se clave en su enorme cuerpo le destruya. El monstruo blanco no te vencerá por que le arponearé una y otra vez hasta que caiga inerte y te deje avanzar hacia donde quieras ir.

Es la hora de plantar cara, no ignores al olvido, rétale y espera que surja del abismo, esta vez será diferente le espera alquibla y no retrocederé pase lo que pase.

Recuérdalo soy alquibla el navegante y vivo en el rumbo Este.

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